Organizadores laborales ofrecieron consejos a los inmigrantes —tanto recién llegados como establecidos desde hace mucho tiempo— sobre cómo trabajar de forma segura en Chicago.

por Sonal Soni

Desde la derecha, José Frausto, Harold de Jesús y Kevin Herrera conversan mientras que Roger Fierro, moderador adjunto, observa durante la Sala de Prensa Pública de City Bureau en el Departamento de Arte de Chicago en el vecindario de Pilsen, en Chicago, el sábado 27 de abril de 2024. (Foto: Jordan Esparza/City Bureau)

Una y otra vez, los inmigrantes recién llegados han dicho que su principal prioridad después de llegar a Chicago es encontrar trabajo.

Pero, como expusieron los defensores durante la Sala de Prensa Pública de City Bureau el 27 de abril, enfrentan desafíos y barreras únicos para construir una vida en la supuesta Ciudad Acogedora. Los casi 46,000 solicitantes de asilo que han llegado desde finales de 2022 enfrentan robo de salarios, amenazas de violencia y otras tácticas de explotación por parte de los empleadores, dijeron los tres panelistas de Sala de Prensa Pública.

Los panelistas, que incluyeron organizadores laborales de Latino Union of Chicago, Raise the Floor Alliance y Chicago Workers Collaborative, enfatizaron la importancia de la organización comunitaria y la defensa para proteger los derechos de los trabajadores. Los oradores también compartieron diferentes formas en que las personas pueden abordar el maltrato utilizando recursos de agencias gubernamentales y organizaciones comunitarias que apoyan a los trabajadores.

Junto con la guía Conoce tus Derechos Laborales, producida por los becarios de Reporte Ciudadano de City Bureau y Latino Union, los panelistas brindaron información clave para los inmigrantes que buscan trabajo en Chicago.

A continuación se presentan algunas de las conclusiones principales:

LOS RECIÉN LLEGADOS SE ENFRENTAN A VARIAS PRÁCTICAS LABORALES INJUSTAS COMUNES

El robo de salarios, la violencia y el acoso sexual son algunas de las principales formas de discriminación laboral que enfrentan los trabajadores, especialmente los inmigrantes recién llegados. Pero el maltrato no siempre parece tan claro como algunos podrían imaginar.

“Estas amenazas pueden variar desde simples mensajes de texto, diciendo que [los empleadores] dañarán [a los inmigrantes] o a sus familias, hasta directamente apuntar con armas a los trabajadores”, dijo Harold de Jesús, organizador de jornaleros de Latino Union of Chicago.

Las empresas también utilizan las leyes de propiedad privada como arma contra las personas que ejercen su derecho a solicitar trabajo, según Kevin Herrera, director legal de Raise the Floor Alliance. Algunas personas, por ejemplo, pueden, sin saberlo, solicitar trabajo en una propiedad privada, como el estacionamiento de Home Depot, y ser arrestadas por invasión de propiedad privada. Si una empresa publica carteles que prohíben la intrusión o la solicitación, eso puede servir como primera advertencia para un arresto por intrusión.

La propiedad pública — como las aceras — es un asunto diferente.

“En Chicago no se puede arrestar a alguien por permanecer en un espacio público y pedir trabajo”, dijo Herrera.

LA FUERZA RADICA EN LA SOLIDARIDAD Y LA ORGANIZACIÓN

Algunos de los problemas que enfrentan los recién llegados surgen de tensiones entre aquellos que son nuevos en Chicago y los inmigrantes que han vivido aquí durante muchos años, a pesar de que ambos grupos experimentan prácticas laborales injustas similares.

Las agencias de empleo temporal en ocasiones contratan a inmigrantes recién llegados en lugar de inmigrantes establecidos desde hace mucho tiempo porque los permisos de trabajo federales han estado disponibles más fácilmente para los recién llegados. Los nuevos en el país no necesariamente saben qué es el salario mínimo, las leyes que los protegen o cómo luchar por sus derechos.

“Si logramos hablar con ambas comunidades sobre la explotación, esa puede ser una manera de unirlas y comenzar a crear organización comunitaria”, dijo José Frausto, director ejecutivo de Chicago Workers Collaborative.

Los tres panelistas de la Sala de Prensa Pública 155 del City Bureau fueron (desde la izquierda) Kevin Herrera, José Frausto y Harold de Jesús. (Foto: Jordan Esparza/City Bureau)

MANTENER UN REGISTRO

Los panelistas alentaron a los trabajadores a obtener una tarifa por hora de las agencias de trabajo temporal por adelantado y a usar sus teléfonos para documentar las interacciones con los empleadores. Guardar mensajes de texto de los contratistas es una forma de realizar un seguimiento de información vital como tarifas de pago y otros acuerdos, dijeron.

“Ese es un contrato verbal escrito”, dijo De Jesús. “Eso es legítimo aquí en Illinois. Esa es la evidencia de que esta persona dijo: 'Oye, voy a pagar', y así es como podemos comenzar a rastrear esa información".

Los trabajadores también deben llevar un cuaderno para registrar sus horas y anotar el número de la placa si alguien los lleva en auto al lugar de trabajo.

Los empleadores no tienen permitido aceptar dinero para gastos como el transporte. Si ocurre discriminación u ocurre algo inusual, los trabajadores deben anotar la fecha y tomar nota de la interacción. Los organizadores laborales y otras organizaciones de defensa pueden ayudar a presentar quejas laborales o buscar otros recursos.


LOCALIZAR RECURSOS PARA TRABAJADORES Y ORGANIZADORES

Las leyes de salario mínimo y pago por horas extras protegen los derechos de los trabajadores y salvaguardan contra la discriminación por el país de origen. Los trabajadores también tienen derecho a exigir el salario contratado y a no ser amenazados.

“En cuanto a las cosas que deben saber como trabajadores, ustedes están protegidos por las leyes de derechos de los trabajadores”, dijo Herrera. “Si son de otro país, [un empleador] no puede favorecer a alguien por ser mexicano o por haber nacido en Estados Unidos”.

Los empleadores no pueden amenazar a alguien debido a su estatus migratorio, como los inmigrantes con una solicitud de asilo pendiente o los trabajadores que esperan la aprobación de un permiso de trabajo. Según Herrera, los empleadores utilizan esta táctica para desalentar la reacción contra malos tratos como el acoso sexual.

Los tres panelistas de la Sala de Prensa Pública 155 del City Bureau fueron (desde la izquierda) Kevin Herrera, José Frausto y Harold de Jesús. (Foto: Jordan Esparza/City Bureau)

“Existe la amenaza de que su estatus migratorio estará en riesgo si se opone al acoso sexual”, añadió Herrera. “Y eso no es cierto”.

Los panelistas enfatizan que los trabajadores pueden ejercer sus derechos presentando quejas ante agencias gubernamentales. Aquellos que se sientan incómodos al abordar los problemas por sí mismos pueden conectarse con los centros de trabajadores para ayudar a facilitar ese proceso.

La discusión concluyó con consejos para que los organizadores conecten a los migrantes y otras personas con necesidades como refugio, atención médica y representación legal para abordar sus necesidades inmediatas. Ese tipo de organización comunitaria es fundamental para fortalecer el trabajo en torno a los derechos laborales.

Traducción al español por Octavio López.

Sonal Soni es una reportera multimedia sudasiática y cubre temas que afectan a los residentes queer, las comunidades de color y la justicia social en el área de Chicago. Su trabajo se publica en medios como WBEZ, Chicago Reader y Harvey World Herald. Puedes consultar su trabajo en @sonal_soni_.


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